Por qué prender incienso es parte de nuestro despertar espiritual
A veces, y sobre todo en esta época en la que estamos sobreexpuestos a información en todo momento y todo lugar, creemos que ya agotamos todos los recursos para llegar a esa paz mental y espiritual que tanto anhelamos como personas. Y, sin embargo, rara vez nos damos cuenta de que muchas de las cosas o las soluciones a las que aferramos en esta era actual en la que estamos explorando todo el tiempo, son soluciones a las que otros seres humanos ya habían acudido hace miles de años.
Esto sucede, por ejemplo, con el incienso. Seguramente en más de una ocasión habrás presenciado alguna sesión de meditación, de Reiki, de yoga de uno de tantos tipos que existen, o incluso tal vez alguna forma de ceremonia religiosa a la que hayas asistido. Lo más probable es que, si estuviste en contacto con personas que se encargan de adecuar el espacio en el que reciben a las personas asistentes, hayas estado en un lugar en el que se utilizó incienso en algún momento del evento en cuestión.
¿Ya recordaste ese olor tan característico que al inicio parece penetrante, pero que te da una sensación de calma y de estar en un espacio acogedor del que después no te quieres ir? Exacto, ese es el incienso. Lo irónico es que, para muchas personas, el incienso podría prácticamente ser un invento de hace diez años para acompañar estas sesiones, cada vez más populares, de autoexploración o autodescubrimiento. Es por esto que es importante conocer de dónde viene y entender cuáles son sus beneficios.
Lo primero de lo que podemos hablar es, por supuesto, de su nombre. El incienso toma su nombre de la palabra latina “incensum”, el participio del verbo “incendere”, que en español tiene el significado “encender”. Su característico aroma resulta de la mezcla de resinas vegetales aromáticas, que usualmente son mezcladas también con una variedad de aceites esenciales, ya sea de origen animal o vegetal, y que al encenderse tienen como resultado el que se desprenda un humo de olor agradable. Sus usos son tan variables que bien podrían estar relacionados con fines religiosos o terapéuticos, así como estéticos.
De la misma manera, el incienso puede ser encontrado en una variedad muy amplia de presentaciones y distintos grados de preparación, pero una de las formas en las que podemos clasificarlo es por la forma en que se quema, esto es: existe el incienso de quema directa y el de quema indirecta. Por otro lado, en cuanto al tipo de presentación del incienso de quema directa, que suele ser el más utilizado comúnmente, podemos decir que existe el incienso en espiral, en cono, en varas huecas y en varas macizas.
Más allá de sus formas y presentaciones, la “magia” del incienso está en aquello que nos hace pensar y sentir al desprenderse su olor tan característico. La sensación de calma, paz y estabilidad mental a la que puede llevar a las personas cuando se usa de forma terapéutica es definitivamente una experiencia digna de ser vivida.